Durante la
celebración, el pasado mes de noviembre, del triduo consagrado a las ánimas
benditas del purgatorio, permaneció expuesto al culto el Calvario de Ánimas
propiedad de nuestra Hermandad Sacramental, recién restaurado por Joaquín
Domínguez González, graduado en conservación y restauración por la Facultad de Bellas Artes
de la Universidad
de Sevilla. El grupo escultórico, fechable en el último cuarto del siglo XVIII,
ha sido objeto de una minuciosa intervención, consistente en la fijación de los
estratos polícromos en determinados puntos de la superficie pictórica; el
afianzamiento de los brazos, que se encontraban algo desprendidos en los
ensambles de sus hombros; la readaptación del cajillo que sirve para encajar el
extremo de la cruz arbórea en el monte rocoso, procurando su mejor estabilidad;
la extracción de elementos metálicos innecesarios que dañaban el soporte
escultórico; la reposición de los dedos que faltaban en las manos del
Crucificado y la inserción de espigas de madera de cedro en los orificios
encontrados. En una segunda fase, y tras realizar las pertinentes pruebas de
solubilidad, se procedió a la limpieza de toda la policromía, que se mostraba
llena de depósitos de cera en la zona baja del monte que hace la función de
peana y muy oscurecida en las encarnaduras, como producto de la acumulación de
depósitos superficiales y hollín,
retirándose tal capa de suciedad mediante técnicas mecánicas y
disolventes. El proceso continuó con el estucado y enrasado de todas las
lagunas de la policromía y de los nuevos dedos del Crucificado, la
reintegración cromática de todo lo anterior con materiales inocuos y técnica
reversible, usando un criterio de diferenciación en los referidos elementos
repuestos. Finalmente, se aplicó sobre la obra una capa de protección natural.